
Iniciamos las publicaciones en este blog aclarando el oficio del PICOLIER.
El término PICOLIER designaba al maestro artesano que antaño seleccionaba las especias y las hierbas aromáticas para compartir sus conocimientos y comerciar con ellas.
Las especias fueron unos condimentos codiciados ya desde el Imperio Romano -la receta más antigua del ámbito mediterráneo data del siglo III a.C., unos filetes con pimienta de Dífilo de Sifnos-. Su comercio, en manos de mercaderes árabes e italianos desde la Edad Media y el bloqueo otomano a la ruta de las especias, unido a su cada vez mayor valor pecuniario en el mundo occidental, originó la necesidad de búsqueda de nuevas alternativas marítimas, en la que España tuvo un importante papel con la proeza náutica de hace 500 años de Elcano y Magallanes. Supuso también el inicio de la globalización gastronómica, una singular vuelta al mundo de aromas y sabores para llegar a nuestros fogones y condimentar nuestros mejores platos.
Llegaron para quedarse como demuestra nuestra lengua que disfruta de un amplio espectro de términos para condimentar los alimentos (sazonar, adobar, salpimentar, escabechar, aliñar….), todo un glosario que denota que las especias han sido un pilar fundamental en nuestra tradición culinaria y, por ende cultural, especialmente en las zonas de Andalucía y Levante, por la presencia del pueblo árabe durante más de ocho siglos en nuestros territorios.
Su uso en nuestro país tiene pues una amplia tradición y un extenso repertorio de variedad y versatilidad en nuestra gastronomía. Evocadoras de recuerdos en el paladar, con aromas de nuestra niñez y repletas de secretos, las especias representan un mundo diverso y enriquecedor por más que las cocinas de nuestros hogares hayan intentado hacerlas desaparecer de las despensas.
Hoy en día, el auge de lo natural, de una cocina cada vez más saludable y un consumidor ávido de experiencias únicas y exóticas, unida a la globalización cultural han renovado la importancia de las especias como condimentos. Singularidad, diversidad y autenticidad son tres aspectos que contribuyen a una cada vez mayor incorporación de las especias en nuestros fogones para vivir una experiencia alimentaria auténtica que nos lleva a viajar con el paladar.
Todo un reto que día a día retomamos en BAHARAT con el diseño, creación y testado de nuevas mezclas que satisfagan las necesidades de la industria de transformación alimentaria, así como de los profesionales de la gastronomía, en su continua evolución y creación culinaria contemporánea.
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